El Punto G del hombre también existe

No solo nosotras disfrutamos de la maravilla de tener un punto G, también los hombres lo poseen. No obstante, muchas veces no logran experimentar ese gran placer gracias al tabú que envuelve a la sexualidad desde hace décadas. Además, la mayoría de las personas desconoce su ubicación y la manera de estimularlo. ¿Sabías sobre el Punto G del hombre?

¿Qué es el punto G?

Primero, hay que aclarar que el punto G del hombre es en realidad el punto P, al cual se le da el nombre por la zona donde se encuentra en el cuerpo masculino: la próstata. Se ubica de 5 a 7 cm de la entrada del ano aproximadamente y se puede identificar porque tiene el tamaño de una nuez. Además, se sitúa cerca de la uretra y se logra estimular interna y externamente.

Justin Luebke, Unsplash

¿Cómo se estimula?

Aquí es donde todo se torna más interesante. Por lo general, no muchos hombres se sienten cómodos con la idea de la estimulación del punto P. Piensan que su virilidad está en juego o que esas prácticas solo son para personas con diferentes preferencias sexuales. Sin embargo, se puede combinar con otras prácticas como el oral, el vaginal o con un masaje en zonas estratégicas.

La técnica

Indirectamente

Como su nombre lo dice, es por “encima”. Se logra la estimulación con un masaje en el perineo, área de piel entre el escroto y el ano. Con el dedo índice haz pequeños círculos y aplica presión con cuidado. También, mientras lo haces, practícale un oral o estimúlalo. Cuando seas toda una experta, incluso lo puedes hacer al momento del coito.

Directamente

Para estimular de forma interna, se aconseja que primero se realice el masaje en el perineo y la parte externa del ano, para relajar la zona. Una vez que la temperatura haya subido, introduce un dedo poco a poco hasta hallar “la nuez”. Luego, haz movimientos hacia arriba y abajo, como si estuviera haciendo la seña de “ven”. Por consiguiente, toda el área y tus manos deben estar lubricados para evitar un accidente.

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Otras opciones

En realidad, no solo tienes tus manos para el placer. En el mercado hay gran variedad de juguetes que pueden poner a prueba juntos, por ejemplo, los tapones o bolas y los masajeadores de próstata.

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Partes erógenas en los hombres

Al igual que las mujeres, ellos tienen ciertas partes del cuerpo más sensibles y receptivas que otras: las zonas erógenas. Algunos chicos incluso se quejan de que no les prestamos la suficiente atención, y que solo nos centramos en los genitales.

Si bien es cierto que no todos somos iguales, hay zonas de la anatomía humana que logran excitar más a una persona. Estos son los lugares que puedes convertir en verdaderos detonadores de placer: los labios, el cuello, el cabello, las orejas, los pezones, el interior de los muslos y las pompas.

En realidad, todo el cuerpo humano es un instrumento de placer, solo hay que aprender cómo, dónde, cuándo y de qué manera nos gusta y sentimos más. Conózcanse y exploren las infinitas posibilidades que la intimidad les puede brindar.

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