Ovarios poliquísticos, enemigos de las mujeres
Una de cada 10 mujeres padece este síndrome. ¿Será tu caso?
¿Sufres de fuertes cólicos, ciclos irregulares, acné y flujo abundante? Muy probablemente seas una de las muchas mujeres que padecen SOP (Síndrome de Ovarios Poliquísticos) y no te has dado cuenta. ¡Tranquila! Aquí te explicamos todo lo que debes saber para detectarlo.
El SOP es una enfermedad derivada de alteraciones hormonales. Se presenta con mayor frecuencia en adolescentes y mujeres jóvenes. Se estima que en México entre el 6 y 10% de la población femenina en edad reproductiva padece de este síndrome. Los síntomas de ovarios poliquísticos suelen pasar desapercibidos por las afectadas, pues tienden a confundirlos con malestares propios de la menstruación o de los desequilibrio hormonal de la adolescencia.
¿Cuáles son los síntomas?
Uno de los síntomas más frecuentes de este síndrome es la ausencia o irregularidad en la menstruación. Esto se debe a que las mujeres que padecen de ovarios poliquísticos, no ovulan. Es decir, que durante el periodo menstrual no liberan óvulos; en cambio se forman pequeños bolsos con líquido en el ovario llamados quistes. Si llega a presentarse la menstruación, suele ser flujo sumamente abundante y cólicos severos. Otros síntomas comunes del SOP son el acné, exceso de vello, aumento de peso, oscurecimiento de la piel en axilas o detrás del cuello.
Consecuencias del síndrome de ovario poliquístico
Estudios indican que el 50% de las mujeres diagnosticadas con SOP, sufren de infertilidad. Otra de las afectaciones causadas por este síndrome, es la resistencia a la insulina, aumentando el riesgo de contraer diabetes. También las mujeres con este padecimiento, son más vulnerables a ser hipertensas.
Diagnóstico y tratamiento
Si después de leer los síntomas, consideras que puedes tener el Síndrome de Ovario Poliquístico, te recomendamos que acudas a un médico especialista; puede ser un endocrinólogo o un ginecólogo. Normalmente el médico solicita un ultrasonido de pelvis o análisis de sangre para dar un diagnóstico certero. El tratamiento generalmente involucra pastillas o un implante anticonceptivo. ¡Consulta a tu médico antes de automedicarte!
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