Buscador
Ver revista digital
Actualidad

¿Te pueden despedir por la pandemia de coronavirus?

24-03-2020, 7:47:52 PM Por:
Covid y empleos
Covid y empleos

Sin duda, un tema que inquieta a muchas personas. Aquí las respuestas.

Las afectaciones económicas a empresas y trabajadores por la pandemia de COVID-19 ya se están resintiendo. El gobierno federal ha sido omiso en declarar -formalmente- la contingencia sanitaria. Esta situación que está prevista en nuestras leyes para dar respuesta a los problemas jurídicos y laborales que se presentan en este tipo de situaciones.

La Ley Federal del Trabajo (LFT) establece en sus artículos 42 Bis, 427 y 429, que cuando las autoridades competentes emitan una declaratoria de contingencia sanitaria, las relaciones laborales se suspenden de manera temporal. En estos casos, el patrón está obligado a pagar al empleado una indemnización equivalente a un día de salario mínimo, por cada día que dure la suspensión. Este pago no puede exceder de un mes.

Esto no quiere decir que las relaciones laborales se terminen, sino que solo se suspenden durante el tiempo que dure la contingencia sanitaria, pero esto sí tiene consecuencias jurídicas en las obligaciones de los patrones.

A continuación, respondemos a algunas de las preguntas más comunes que en este contexto han surgido:

¿En este momento me pueden despedir?

Sí, lamentablemente, los patrones pueden concluir las relaciones laborales con sus trabajadores en este momento. Aunque eso significa terminar la relación laboral de manera injustificada. El patrón debe pagar una indemnización de tres meses de salario, más 20 días de sueldo por año trabajado, prima de antigüedad, y la parte proporcional de prestaciones como el aguinaldo.

No obstante, a nadie le conviene que las compañías hagan despidos masivos pagando estas indemnizaciones. Lo más recomendable es que se llegue a un acuerdo entre el patrón y los trabajadores para que estos no pierdan por completo sus ingresos. Al mismo tiempo, también se conserve la fuente de trabajo. Obviamente todo esto dependerá del tamaño de la compañía y de la situación financiera en la que se encuentre.

¿Qué hago si me despiden y llego a contraer coronavirus?

El artículo 109 de la Ley del Seguro Social establece que el trabajador asegurado que haya perdido su empleo conservará, durante las ocho semanas posteriores a la desocupación, el derecho a recibir asistencia médica. También, de maternidad, atención quirúrgica, farmacéutica y hospitalaria. Los beneficiarios del trabajador despedido, como lo son sus hijos y cónyuge, gozan de este mismo derecho. Para esto, el trabajador debe haber cotizado -previamente- al menos ocho semanas ininterrumpidas.

Por ende, si te quedas sin trabajo en estos momentos, y debido a que el gobierno federal no ha declarado contingencia sanitaria, las reglas que deben seguirse son las mismas que cuando ocurre un despido injustificado. Además de recibir la indemnización correspondiente, seguirás gozando de los servicios médicos del IMSS, junto con tus beneficiarios, durante ocho semanas.

¿Recibiré mi sueldo si la empresa suspende actividades?

Este es el peor escenario para empresas y trabajadores. Y es justo el que ya se está viviendo desde la semana pasada en diversas entidades del país. Los gobiernos han solicitado que se cierren establecimientos públicos, con el objetivo de contener los contagios de coronavirus.

En esta hipótesis, el patrón no está concluyendo las relaciones laborales con sus empleados, sino solo suspendiéndolas temporalmente. Esto debe ser aprobado por la Junta de Conciliación y Arbitraje de la entidad en donde se ubique el establecimiento. Si esta da luz verde, siempre a solicitud del patrón, esa misma instancia es la que establece la indemnización que les corresponderá a los trabajadores, la cual no puede exceder de un mes de salario.

Para las micro, pequeñas y medianas empresas, esta es la opción más recomendable ante las omisiones del gobierno federal y la poca coordinación que este ha tenido con los gobiernos de las entidades federativas. De esta forma la fuente de trabajo se conserva, aunque sus actividades estén suspendidas; el patrón no tiene que pagar las indemnizaciones de ley como si se tratara de despidos injustificados, y los trabajadores podrán regresar a sus puestos cuando concluyan las causas de fuerza mayor.

Cabe la posibilidad de que la Junta de Conciliación y Arbitraje no apruebe la suspensión referida, entonces todos los trabajadores deben reintegrarse a su trabajo, y el patrón debe pagar de manera íntegra su salario. Si esto llegara a suceder, la decisión de la Junta es impugnable, sobre todo porque ese criterio estaría en contradicción con el cierre de establecimientos recomendado por las autoridades como medida para la contención de la pandemia.

También es posible que, desde esta semana, las Juntas de Conciliación y Arbitraje en las entidades federativas ya no estén trabajando o solo tengan actividades de guardia, lo que haría materialmente imposible que muchos patrones acudan a solicitar la aprobación de la suspensión. Si tu empresa está en este caso, lo mejor es dialogar y llegar a un acuerdo con los trabajadores.

¿En suspensión de actividades, se siguen pagando cuotas al IMSS?

Si el patrón suspende actividades, obedeciendo las recomendaciones de las autoridades locales, y no solicita la aprobación de la Junta de Conciliación y Arbitraje, sí debe seguir pagando las cuotas al IMSS por cada uno de sus empleados. Estos a su vez, seguirán gozando de todas las prestaciones del Seguro Social como si estuvieran trabajando.

Por eso, mientras no se publique una declaratoria de contingencia sanitaria, se recomienda que el patrón acuda a la Junta, argumentando que se encuentra en un caso de fuerza mayor, como ya se señaló líneas arriba.

En el caso de que la Junta de Conciliación y Arbitraje apruebe la suspensión de labores por causas de fuerza mayor, el patrón ya no tiene obligación de pagar las cuotas del IMSS durante el tiempo que dure la suspensión. En este caso, el patrón debe dar de baja a sus trabajadores ante el Seguro Social, mostrando el aval que previamente le dio la Junta de Conciliación, para que se suspendieran labores.

Los empleados, entre tanto, gozarán de servicios médicos durante ocho semanas posteriores a la baja realizada por el patrón. Cuando concluya la causa de fuerza mayor, y los empleados se reintegren al trabajo, se reanuda nuevamente la obligación del pago de cuotas al IMSS de parte de la empresa.

¿Por qué el gobierno debe declarar contingencia sanitaria?

Cuando el Consejo de Salubridad General declara una contingencia sanitaria, o en su defecto lo hace -mediante decreto- el presidente de la República, pueden suspenderse las actividades productivas de manera total o parcial, todo depende de los términos de la declaratoria, la cual debe publicarse en el Diario Oficial de la Federación. En estos casos los patrones están obligados a pagar a sus trabajadores una indemnización de un día de salario mínimo, por cada día que dure la suspensión, sin que pueda exceder de un mes.

Al mismo tiempo, la misma declaratoria de contingencia sanitaria deberá prever la forma en la que subsistirán las prestaciones del IMSS, pues en una suspensión de labores por estas causas, tras la indemnización que deben pagar los patrones, estos también dejan de pagar las cuotas al Seguro Social.

De hecho, de acuerdo con el segundo párrafo del artículo 109 de la Ley del Seguro Social, el Ejecutivo federal puede solicitar al Consejo Técnico de esa institución que se amplíe el período de conservación de derechos de los trabajadores, considerando las condiciones económicas y laborales del país.

Relacionada:

Coronavirus y embarazadas, cómo cuidar de ti y tu bebé

 

autor Es la revista preferida en el ámbito empresarial por sus temas, reportajes y artículos de investigación y el puntual análisis que realiza del entorno económico del país, con comentarios y recomendaciones de presidentes y directores de las empresas más reconocidas. Es catalogada como la revista de negocios más seria del país por su calidad editorial. Gracias a una base de datos propia, Alto Nivel llega por mensajería privada a la oficina de presidentes y directores generales de las empresas más importantes de México.